Es para llevarla con intención. Es de esas piezas que no solo adornan: acompañan. Te recuerda que estás protegida, guiada y sostenida. Es una pulsera para mujeres que caminan con fe, que confían aunque no entiendan todo, y que saben que la protección divina no es un amuleto… es presencia. Es promesa. Y es real.
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